Brecha digital y
analfabetismo digital
La brecha digital, sea
entre países o en el interior de ellos, tiene diversas manifestaciones, una de
las cuales es justamente el analfabetismo digital. Este concepto sugiere la
existencia de una nueva problemática, distinta de aquella que se refería a la
incapacidad de las personas para leer y/o escribir.
En el momento actual, la
comunicación no solo fluye a través del lenguaje escrito, por lo que el
concepto de alfabetización se ha modificado dramáticamente. Por lo tanto, aun
cuando muchas personas pueden leer y/o escribir sin mayores dificultades,
resulta que esas habilidades son insuficientes para acceder a la red de
comunicación/información que emana de las nuevas tecnologías.
Siguiendo con este
razonamiento, el analfabeta digital es el individuo que desarrolla sus
actividades personales, educativas y profesionales sin vincularse con
tecnologías o medios digitales, limitando sus acciones y/o quehaceres a
recursos tradicionales y concretos, principalmente relacionados con la lectura
y escritura, centrados en el empleo del lápiz y el papel. Este concepto es
novedoso porque remite a un enorme desafío, en particular para los países en
desarrollo, que además de lidiar con el analfabetismo tradicional, ahora deben
enfrentarse a una situación en la que, pese a contar con recursos humanos que
poseen un cierto nivel educativo, no son capaces de insertarse plenamente en el
mundo del siglo XXI.
Así las cosas, los
especialistas identifican tres grupos de personas en función de la relación que
mantienen con las Tics: los llamados nativos digitales; los migrantes
digitales; y, las analfabetas digitales. Un primer criterio para delimitar la
frontera entre cada uno de estos grupos es, naturalmente, la edad. Así, a
grandes rasgos, los nativos digitales son personas que nacieron a partir de
1995, y cuyas edades, en consecuencia, no rebasan en estos momentos los 20
años.
Los migrantes digitales,
por su parte, nacieron a principios de la década de los 60 y no rebasan los 55
años de edad. Se les considera migrantes porque si bien han sido testigos del
vertiginoso desarrollo de las Tics y de su impacto en la vida diaria y
profesional en años recientes, la educación y formación de estas personas se
desarrolló con métodos más “tradicionales.” En este sentido, los migrantes
digitales emplean computadoras, tablets, laptops, netbooks, iPods, iPads, etcétera,
pero subutilizan estos gadgets en términos de las tareas múltiples que se
pueden realizar. Los teléfonos móviles los emplean sobre todo para hacer
llamadas y eventualmente toman fotos con ellos. Son los principales usuarios de
los wikis, donde satisfacen muchas de sus necesidades de información. Su
presencia en las redes sociales obedece a la curiosidad, a que se percibe que
“hay que estar”, o a presiones de los más jóvenes en el hogar –“¡ay papá! ¿Cómo
es posible que no estés en el Face?”.
Los analfabetas digitales,
a grandes rasgos tienen 55 o más años de edad; aprenden y/o se informan sobre
todo a través de libros/revistas/diarios impresos; no emplean gadgets; suelen
comunicarse a través de la telefonía fija; si necesitan información o requieren
hacer uso de las Tics por cualquier razón, se apoyan en los migrantes digitales
o en los nativos digitales para ello; y desconocen las redes sociales. Cuando
requieren información de cualquier tipo, usan fuentes impresas, por ejemplo,
enciclopedias.
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